DR. JUAN ALBERTO YARIA
DIRECTOR GENERAL DE GRADIVA
Rehabilitaciòn en adicciones
DROGAS Y EVAPORACION DEL PADRE (II)
Cada vez con mayor frecuencia encontramos en las presentaciones clínicas de los pacientes el desconocimiento del Padre Biológico y una ausencia de figuras paternas en todo su desarrollo.
Esto va unido a un inicio precoz del consumo de drogas y alcohol (12 años) , falta de escolaridad aun en madres que han consolidado una clase media y un abandono del secundario y una vida de consumo voraz . Llegan al tratamiento luego de 20 años de consumo habitualmente .
Es singular el cambio de pronóstico en los tratamientos cuando existe una “familia garante” y próxima al equipo terapéutico o cuando nos enfrentamos solos con un carnet de obra social y sin “garantes simbólicos” familiares.
Los que andan solos por la vida lo sienten y lo viven en la comunidad terapéutica como una ausencia fundante paradójicamente del vacío de su ser.
Esto mismo ya se preanunciaba en los carteles del Mayo del 68. Y así decían “…el Padre ha muerto” siendo esto una bandera triunfal, como metáfora de un cambio social que se estaba avecinando.
Caían los patriarcas dominadores del viejo orden; ¿pero, es sólo eso el Padre?
La figura del Padre como transmisor simbólico supera a la noción del Patriarca autoritario , dominador y dictatorial.
Así hoy vemos como vuelven nuevos Patriarcas en los barrios, en las bandas, con los narcos.
El padre como emblema orientador ético y viga maestra de un desarrollo infantil y adolescente, ha perdido fuerza.
El padre entonces se va evaporando , aquí también “todo lo sólido se desvanece en el aire….como decía Marx”.
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Sólo entonces queda el poder del semen como testigo de lo que alguna vez fue un hombre y que ya nunca podrá ser padre.
La paternidad biológica (en muchos casos desconocida), es solo un aspecto de la paternidad ya que existe además una paternidad legal (incorporarlo a un linaje, a una familia y de esa manera a la cultura ) y por último la paternidad simbolica que implica transmisión de sentido, valores, proyectos y sentido y un acompañamiento en su carrera vital.
Todo esto parece faltar con mayor frecuencia en ese consultorio de “lágrimas” de ausencia que es la clínica de hoy.
Los “alquileres de esperma” promocionados
como el ‘tiempo nuevo’ por la nueva “feligresía feminista”, son el nuevo horizonte de un hijo sin filiación
a la vista.
Ellos serán el testigo de una mujer madre omnipotente ya no más atada a ninguna convención sexista.
El hijo parece quedar sólo, o quizás sometido a esa mujer-madre.
Primera condena, pues el padre libera y manda al mundo más allá de la familia liberándolo.
La autoridad paterna queda diluida porque ya no existe
y entonces Líderes mesiánicos van tomando su lugar como fetiches prestigiados. Sectas o sea exaltación de lo narcisistico.
HIJOS SACRIFICADOS
Los pacientes adictos nos estimulan a pensar
estas realidades. La patología psíquica resulta ser
una caricatura de un modo de vivir. A una adolescente
le pregunto cómo es la relación con su padre:
‘‘…ni hola ni chau’’ (ida y vuelta entre un empresario-
padre y su hija). Otro me dice: ‘‘…de él sólo
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tengo el celular, a veces contesta y otras no’’.
Mientras tanto, en la escena social un púber de
15 años maneja un auto contrariando toda ley social
y mata a dos personas.
La muerte escandaliza. Sólo la madre ausente
habla desde sus vacaciones en Brasil; del padre
ausente no se sabe nada.
La madre de los muertos por el atropello delictivo, sólo se consuela en una carta hecha pública ante una ausencia también sugestiva de los poderes públicos judiciales, y manifiesta un desconsuelo que los ‘‘leguleyos’’ ni siquiera
responden.
En su momento Jazmín (modelo conocida) muere, sola y ahogada en su bañera, rodeada de una tristeza melancólica sólo disimulada por un rictus de desparpajo y
rebeldía, y acompañada de esos otros fetiches modernos
que reemplazan el vacío de compañías, ternura
y valores como hoy son las drogas y los psicofármacos
sólo disimulada por un rictus de desparpajo y
rebeldía, y acompañada de esos otros fetiches modernos
que reemplazan el vacío de compañías, ternura
y valores como hoy son las drogas y los psicofármacos.
Los que se atrevieron , en su momento , en los sitios de Internet a hablar o mencionar el consumo, inmediatamente aparecen atacados desde la réplica agresiva y violenta.
El silencio de lo que sucede parece ser la solución
alienada en la que nos encontramos.
No hablar de lo que sucede en profundidad, es el refugio de la no aceptación de una realidad.
LA PERMISIVIDAD
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Es la disolución de límites de edades, falta de Ley transmitida de padres a hijos, ausencias bochornosas de los adultos.
Son complicidades perversas de padres que funcionan más como pares adolescentes con sus hijos, que en su rol.
Es la trampa de la permisividad, que nos encadena a distintos dueños.
El narco barrial para el joven de los suburbios ocupa ese lugar ausente.
El padre como Ley y como referencia ética, al faltar queda suplantado por el Patriarca dominador (líder de ‘barra brava’, o cualquier referencia marginal válida).
Ese ‘nadie’ que es el hijo sin padre y sin ningún
sustituto válido queda, él mismo, vacío.
Ahí aparecen los líderes mesiánicos y las sectas marginales con droga que hablábamos antes.
La permisividad así es la antecesora de la muerte. Acelera la destrucción del hijo siendo de esta forma una antecesora de la muerte
Así empieza a morir antes e incluso como en las guerras a veces los padres lo entierran desafiando la ley de la vida, donde el hijo entierra a sus padres
Podríamos recordar a Nietzsche, quien al mencionar
lo gris que se avecinaba con la muerte de
Dios, nos decía:
‘‘… ¿Cómo pudimos desagotar
el mar?, ¿quién nos ha dado una esponja para borrar
todo el horizonte?; ¿no vamos errantes hacia
una nada infinita?; ¿no vienen noches cada vez
más noches?; ¿no hay que encender las linternas
desde la mañana?’’.
La muerte del Padre gozosamente festejada en
nuestra cultura, como un avance, nos debemos preguntar si no será una “oscuridad infinita”.
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Los pacientes nos dirán con sus muertes y deterioros que es necesario comprar linternas para usar “en ese día oscuro que vivimos”.
El padre parece estar evaporándose.
DR. JUAN ALBERTO YARIA
DIRECTOR GENERAL DE GRADIVA
Rehabilitaciòn en adicciones